“Ponte de frente al sol y las sombras quedarán detrás de ti” – Proverbio mahorí
¿Quién eres?, No lo sé, quizá te estés preguntando: ¿y eso que tiene que ver?.
Tiene mucho que ver, tienes un nombre al igual que un apellido, pero tienes algo mucho más único, y son tus huellas dactilares, ¿nunca habías pensado en ello?, yo tampoco, Pero, ¿Qué tienen que ver mis huellas dactilares con tu persona?, mucho.
Eres una persona única, especial, diferente y eso, tu cuerpo lo sabe. No te dejes engañar, eres una persona maravillosa, no permitas que otros te juzguen por ser diferente, no permitas que te afecte cuando alguien te señale. Estamos en un mundo en donde ser igual a todos está de moda, y déjame decirte que eso es un vil engaño, tú no tienes que ser igual a nadie, desde que comenzaste a formarte en el vientre de tu madre ya eras una persona única.
Con frecuencia escucho aquella vieja frase que dice “ellos se ríen de mi por ser diferente, y yo me rio de ellos por ser iguales” ¿tiene lógica? Claro que la tiene.
Esa frase encierra mucha realidad, pero infortunadamente vivimos en un entorno irónico, una sociedad que se encarga de hacer de nosotros títeres, obligandonos sin querer a hacer todo lo que los demás quieren que hagamos o creamos. Tenemos un sistema educativo que se preocupa más por el “rendimiento acádemico” de un estudiante que por su formación integral, no intento decir que sacar buenas notas sea algo malo, solo que eso no es lo más importante, una nota no define la inteligencia de una persona, no define sus capacidades.
Regreso a mi pregunta ¿Quién eres?, ¿eres un títere del gobierno, de la sociedad, del sistema educativo, de tus miedos?, no lo sé…
Quizá no te conozco personalmente, no sé la situación por la que estás pasando, no sé cuáles son tus miedos, no sé cuáles son tus tristezas, pero si se algo, sé que eres un ser capaz, sé que eres una persona única, sé que eres un ser especial y por consecuente diferente.
Muchas veces nos dicen, mira a tu alrededor, y cuando lo hacemos no vemos a nadie, y cuando vemos a alguien es para señalarnos o lastimarnos, hoy no quiero decirte que mires a tu alrededor, hoy quiero invitarte a que mires hacia arriba, mira por encima de ti y observa la inmensidad del cielo, observa la frescura de su grandeza, su belleza, ¿crees que todo vino de la nada?
No sé cuáles sean tus creencias y no es mi intención juzgar de ellas, solo quiero que te detengas, que mires hacia arriba y observes que tan alto puedes llegar, observa como vuelan las aves del cielo, como disfrutan de su libertad, eso es precisamente lo que Dios quiere para ti, quiere que alcances tu vuelo, quiere que emprendas tu viaje, que vueles alto, que veas el mundo desde una perspectiva diferente, si te quedas en tierra, lo único que alcanzaran tus ojos será lo que todos ya saben, y es un mundo oscuro y sombrío, un mundo que te da la espalda, que no te acoge, que es injusto, que te hace llorar, un mundo que destruye en vez de edificarte.
Ahora levántate y no permitas que arranquen tus alas, no permitas que nadie te quite esa identidad que te fue dada desde antes de nacer.
Recuerda la reflexión del caballo que cayó en un pozo, en la que se cuenta la historia de un campesino que enfrentaba muchas dificultades y poseía algunos caballos que lo ayudaban en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los mejores caballos había caído en un viejo pozo abandonado. Era muy profundo, y resultaría extremadamente difícil sacarlo de allí. El campesino fue rápidamente al lugar del accidente y evaluó la situación, dándose cuenta de que el animal no se había lastimado, pero, por la dificultad y el costo del rescate, concluyó que no valía la pena, y pidió al capataz que sacrificara al caballo tirando tierra al pozo hasta enterrarlo.
Así se hizo, a medida que la tierra le caía encima, el animal la sacudía. Esta se acumuló poco a poco en el fondo del pozo, permitiéndole subir. Los hombres se dieron cuenta de que el caballo no se dejaba enterrar sino que, al contrario, estaba subiendo, hasta que finalmente consiguió salir del socavón.
Quizá muchas veces te has sentido como aquel caballo, escuchando solo murmullos cuando en vez de eso necesitas ayuda, si algún día te encuentras en un pozo y a tu alrededor solo existen malos comentarios, no te des por vencido, no los escuches, y si lo haces que sea para sacarle el mayor provecho, recibe lo que te sirva y te ayude a crecer, de lo contrario hazte el orejas sorda.
Sentirás el egoísmo, la incomprensión y la falta de apoyo, pero recuerda al caballo de la historia, cuando estés pasando por una situación similar o igual, no aceptes la tierra que tiraron sobre ti, cuando te tiren tierra sacúdete y sube sobre ella, cuanto más tierra te lancen, más rápido vas a subir.
Tu identidad es única, tú eres una persona especial, vuela tan alto como quieras, y no dejes que nadie arranque tus alas, no permitas que te desplumen, aleja a esas personas de tu vida.
Vuelva, vuela alto!.
By: LuzMadera